TDAH
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
El TDA/H o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno del neurodesarrollo.
Aunque es un problema que se considera puramente del cerebro o de la mente, hay otros órganos y sistemas que están relacionados con el TDAH, y condicionan la sintomatología.
El TDAH se manifiesta principalmente en la incapacidad para mantener la atención voluntaria frente a actividades, tanto académicas como cotidianas, y en ocasiones, hay una dificultad a la hora de controlar impulsos.
En la mayoría de niños hay una dificultad marcada respecto a sus coetáneos en el área del aprendizaje, y es frecuente que lleve asociados problemas de conducta.
Tipos de TDAH
En ocasiones, el déficit de atención va asociado a hiperactividad, pero en otras no coexiste este problema; es por esto que se definen varios subtipos de TDAH.
Y por este mismo motivo, el abordaje del problema debe ser distinto, y adaptado a las distintas dificultades que presente cada individuo.
Predominante hiperactivo
Dificultad para mantenerse quietos, principalmente en las actividades académicas. Además suelen presentar dificultad para controlar los impulsos. Suelen ser identificados rápidamente por maestros o padres, porque éstos se ven obligados a llamarles la atención en clase o en casa para que se estén quietos.
Predominante con déficit de atención
Tienen mucha dificultad para mantener la atención sostenida en cualquier actividad, necesitan que les repitan las cosas una y otra vez, no retienen prácticamente nada de lo que se explica en clase. Por este motivo suelen necesitar mucho apoyo extra en las actividades académicas. Es frecuente que pasen desapercibidos, ya que suelen ser de carácter tranquilo.
Tipo combinado
Presenta rasgos tanto de hiperactividad e impulsividad, como dificultades para mantener la atención. La mayoría de personas diagnosticadas de TDAH presentan este patrón combinado.
Generalmente las personas con TDAH están aparentemente sanas y son funcionales dentro de la sociedad; suelen seguir el ritmo del día a día, pero les cuesta un esfuerzo extra respecto a los demás, generándoles un mayor desgaste físico y emocional que en ocasiones les sobrepasa. Es frecuente que el TDAH a la larga acabe generando problemas de autoestima, sensación de sentirse inferior a los demás, dificultades en los estudios, dinámicas familiares con malestar, problemas en la vida laboral, etc.
Alimentación en TDAH
Los alimentos son aquello que nuestro cuerpo utiliza para construir células, tejidos, órganos, por lo tanto la dieta es el pilar base para mejorar el TDAH de manera natural.
Hay nutrientes que son indispensables para una buena función cognitiva, como la vitamina B6, para sintetizar la serotonina, la l-tirosina como precursora de la dopamina, o la vitamina D que también interviene en la síntesis de varios neurotransmisores.
Por otra parte, también hay componentes en los alimentos que afectan negativamente al cerebro, como el azúcar, el gluten, el glutamato monosódico, etc.
Además, un gran número de personas con TDAH sufren de problemas intestinales, como estreñimiento, gases o diarreas frecuentes, lo que puede mejorar significativamente con una dieta adecuada.
Suplementación Natural para TDAH
También recomiendo el uso de suplementos naturales para corregir los problemas de salud de base que se puedan presentar. La bibliografía científica actual asocia los siguientes factores ambientales al TDAH: neurotóxicos, metales pesados, déficit de nutrientes, alteraciones en el ecosistema intestinal y factores biopsicosociales. Mediante la realización e interpretación de análisis clínicos se indagará en todas aquellas causas que puedan estar alterando el buen funcionamiento del cerebro de cada persona.
Algunos puntos importantes a analizar desde la perspectiva de la medicina biológica deberían ser principalmente los siguientes:
Neurotóxicos y metales pesados
El mercurio, el plomo, el arsénico, y demás tóxicos dañan las neuronas. Existen sustancias naturales como la chlorella, el cilantro, el ácido alfa lipoico y muchas otras que consiguen arrastrar estas neurotoxinas hacia fuera del organismo.
Disbiosis intestinal
El intestino es el segundo cerebro, y si se presentan diarreas, gases, flatulencias, hinchazón abdominal o estreñimiento de manera recurrente, es un indicativo de que el intestino no está sano. Por tanto se deberán realizar análisis de heces para comprobarlo y realizar el tratameinto pertinente con el fin de reestablecer el equilibrio de la microbiota.
Nutrientes
Algunos aminoácidos, las vitaminas de grupo B, la vitamina D y algunos minerales como el hierro, el magnesio o el zinc son esenciales para una adecuada función cognitiva. Si existe déficit de estos nutrientes, el organismo no puede producir los neurotransmisores de forma óptima. Mediante análisis detectaremos si hay carencia de alguno de estos nutrientes y la corregiremos mediante suplementación.
Sensibilidad alimentaria
Es otro factor que afectará la salud intestinal y en niños con diarreas muy frecuentes suelen existir varios alimentos que provocan una inflamación en el intestino, por tanto será recomendable detectarlas y realizar un plan nutricional a medida.
Pautas individualizadas
Hay tantos tipos de TDA/H como personas con esta condición, las hay que son sumamente tranquilas y dóciles, y por lo contrario que son completos terremotos llenos de energía. Además es frecuente que tengan comorbilidades asociadas tales como trastornos de la conducta (oposicionista-desafiante), ansiedad, depresión, etc. por lo que cada caso es particular. Por este motivo el tratamiento se debe individualizar para cada persona.
Tras realizar los análisis pertinentes y tratar las causas se consigue mejorar la condición de déficit de atención, la hiperactividad, la cognición general y generalmente también se ve mejorada la conducta, permitiendo que la persona afectada se desarrolle de manera más sana con su entorno y pueda enfrentar los retos del día a día con mucha más facilidad.
